Tintero de Colores

infotlax.com / Jorge Alcántara

El Primer Informe de la presidenta Claudia Sheinbaum llegó con toda la solemnidad que marca la liturgia política mexicana: datos acomodados, promesas envueltas en cintas de colores y aplausos medidos. Pero en donde realmente se escribió la historia no fue en Palacio Nacional, sino en las redes sociales, ese coliseo donde los gladiadores del teclado nunca perdonan.

El tema estrella —o mejor dicho, el chivo expiatorio favorito— fue el Poder Judicial. ¡Vaya sorpresa! Como si a la Suprema Corte no la tuvieran ya bajo la lupa, bastó la mención de los nuevos ministros para que estallara la hoguera digital. Lenia Batres fue defendida con el fervor de hinchada futbolera, Hugo Aguilar salió relativamente ileso, y Yasmín Esquivel volvió a ser recordada por aquello de la tesis que parece eterna, más longeva que algunos políticos reciclados. En redes, la Corte pasó de árbitro a villano, con un guion escrito por la polarización de siempre.

Los hashtags, claro, tampoco podían faltar. #YoSoyLaResistencia pretendía ser trending de dignidad opositora, pero acabó convertido en meme: 70% de las menciones fueron negativas, acusando a la oposición de defender privilegios y canonjías. Irónicamente, los que quisieron vestirse de héroes terminaron disfrazados de villanos en la película que ellos mismos proyectaron.

Y mientras en la arena nacional se discutía el destino del país, en Tlaxcala la conversación giró en torno a lo de siempre: la invisibilidad. Porque, claro, ni una sola línea en el informe que hablara directamente de la entidad. Ni hospitales nuevos, ni carreteras estratégicas, ni proyectos de impacto nombrados con todas sus letras. Tlaxcala brilló… pero por ausencia. En las redes, muchos lo dijeron con sorna: “Al menos ya no somos el estado que no existe; ahora somos el estado que no se menciona”.

En resumen, el Tintero de Colores de este primer informe se llenó más de negro que de tonos alegres. El negro de la polémica judicial, el gris del discurso plano y el transparente de un Tlaxcala que, otra vez, pasó desapercibido. Lo único multicolor fueron los memes, y esos, como siempre, dijeron más que las 40 cuartillas oficiales.

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