La discapacidad física desde la intimidad sexual

Columna: Seres Humanos con discapacidad

Por: Mar Alvarez del Castillo (instagram: @maralvarezdelcastillo)

Si  de por sí abordar el tema del sexo resulta un tabú, cuanto más lo es si se le añade el componente de la discapacidad física o de cualquier otro tipo.

En la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la ONU explica que son aquellas personas que a lo largo de su vida presentan alguna deficiencia, ya sea de índole físico, intelectual, sensorial o mental, que les puede impedir su plena integración social en igualdad de condiciones que las personas que no presentan discapacidad, debido a que enfrentan diversas barreras.

Y en el terreno de la intimidad sexual, estas barreras se traducen en estereotipos como el percibir a jóvenes y adultos con discapacidad como eternos niños y niñas, cuyo deseo sexual se retrasará como sucede con otros aspectos de su desarrollo, o bien, nunca aparecerá. Sin embargo su desarrollo biológico sí corresponde a su edad cronológica, o por ejemplo considerarlos, por las características de su cuerpo, como  personas sexualmente poco atractivas, personas asexuales o por el contrario sexualmente insaciables. Esto además de afrontar la falta de información sobre su salud sexual.

Lo cierto es que las personas con discapacidad, son mujeres y hombres que como tú  tienen el derecho de disfrutar de una vida sexualmente activa si así lo desean. La forma de hacerlo variará de acuerdo al tipo y grado de discapacidad que tenga la persona, ya que la discapacidad puede originarse por nacimiento, enfermedad o accidente.

Para descubrir cómo experimentar tu vida sexual si eres una persona con discapacidad, recordemos primero que la sexualidad va mucho más allá de la genitalidad y el coito, conjuga el erotismo, la intimidad, el placer, y el saber que todo nuestro cuerpo es un mapa de zonas erógenas por descifrar.

Christine Selinger, conferencista y diseñadora instruccional dedicada a brindar educación sexual confiable a adultos con discapacidad, quien desde los 19 años de edad, tras sufrir un accidente de rapel, tiene  una parálisis de la cintura para abajo debido a una lesión medular, compartió su experiencia sexual como persona con discapacidad en una entrevista precisamente titulada «Cómo tienen sexo las personas con discapacidad».

En aquella oportunidad, ella explicó que tras su accidente, su atención se centraba en cómo viviría su vida a partir de ese momento, en sus piernas, no tanto en el sexo, de hecho le mortificaba abordar el tema, lo que sí le preocupaba era pensar que no volvería a tener citas o en  si alguien querría tener sexo con ella. Debido a su lesión tiene una disfunción intestinal o incontinencia, propia de este tipo de discapacidad adquirida.

Al momento de la entrevista Selinger ya tenía pareja y recordaba:

Habíamos hablado sobre sexo, así que él ya sabía sobre los asuntos de la vejiga y el intestino. Que los accidentes pasan (…) Es casi como la primera vez que tuviste sexo: tuviste que descubrir cómo hacerlo y te sentiste bien. Básicamente estás aprendiendo cómo hacerlo de nuevo, y puede ser una aventura, no un sufrimiento.

Christine Selinger continúa con su labor en educación sexual para personas con discapacidad y ofrece servicio de consultoría, puedes encontrar más información en https://www.creativebychristine.com/

Y si las experiencias sexuales de las personas con discapacidad y sus parejas pueden ser toda una aventura de descubrimiento y placer, llegó el momento de hablar del kama sutra y los juguetes sexuales.

  • Kama sutra dei disabili o Kama sutra de los discapacitados, es un libro que muestra en 57 ilustraciones diferentes posiciones sexuales para personas con distintos tipos de discapacidad, su autor es Gabriel Viti, hombre con discapacidad.
  • Sillasutra, de Arturo Valdez Guzmán, es un libro que muestra diferentes posiciones sexuales para usuarios de silla de ruedas y sus parejas.
  • Rumble es un vibrador ultra ligero de 7 velocidades que por su diseño y ligereza puede ser usado por personas con diferentes tipos de cuerpo y rango de habilidades, lo que lo califica como juguete sexual accesible.
  • Eva es un pequeño vibrador que se puede considerar accesible porque una vez que lo enciendes y lo colocas entre los labios vaginales para que estimule el clítoris, no necesitas hacer nada más, ni siquiera usar las manos.
  • Vibradores a control remoto, ya que al tener un mando a distancia favorece su uso sin necesidad de maniobrarlos.
  • Además de juguetes sexuales, cabe mencionar que existen sitios como Mypleasure.com una sex shop que cuenta con «Sex and Disability», una sección con diversos artículos en idioma inglés sobre sexo y discapacidad que pueden resultar una  buena guía.

Y qué tal si tu pareja es un hombre con discapacidad física, pues por supuesto también hay aparatos diseñados para él:

  • IntimateRider: Este tipo de silla permite que hombres con movilidad reducida puedan realizar los movimientos que hacen posible sostener relaciones sexuales, gracias al sistema de balanceo que posee, el cual se produce de manera muy sencilla y sin ningún tipo de esfuerzo con tan sólo  recargarse en el respaldo, hacer ligueros movimientos de torso o cabeza o  bien apoyándose con una mano en una superficie cercana si así se desea. Además de la facilidad para realizar los movimientos, su diseño, al tratarse de una estructura tubular con un centro de gravedad muy bajo y patas bastante abiertas, da al usuario la seguridad y estabilidad requerida y por si fuera poco al ser plegable ocupa muy poco espacio de almacenamiento; también es plegable  el RiderMate, un accesorio pensado para las parejas de los hombres con movilidad reducida, una especie de camilla a la altura perfecta del IntimateRider que les permite realizar diferentes posiciones sexuales de manera segura y cómoda.

Como demuestra este artículo, las personas con discapacidad somos en primerísimo lugar y ante todo justamente eso, PERSONAS, y como tales tenemos como cualquier otra persona del planeta, metas, sueños, emociones y por supuesto deseos, incluidos deseos sexuales,  y digo somos y tenemos no por un error de redacción, sino porque me incluyo, soy Mar, mujer con discapacidad física de 37 años de edad, a la que le fascina la vida y el cine le apasiona, comunicóloga y escritora,  con metas y sueños cumplidos, así como con muchos deseos por cumplir, mi discapacidad sólo es motriz, sólo me impide caminar por mí misma, para caminar uso andador o silla de ruedas, eso es todo, me enojo igual, lloro igual, me alegro igual, sonrío igual y deseo igual.

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